Por Nilzy Angulo
Recordemos que la pandemia de COVID-19 y las medidas de cuarentena y distanciamiento social implementadas para contener la propagación del virus tuvieron un impacto significativo que potencializó el número de personas con trastornos depresivos y de ansiedad en todo el mundo. Cada vez escuchamos más hablar sobre las enfermedades de la salud mental, y no solo en adultos, las vemos presentes en niñas, niños y adolescentes.
La relación entre la salud mental y el consumo de drogas es compleja y multifacética. La mala salud mental puede aumentar la vulnerabilidad de una persona al consumo de drogas, y el consumo de drogas también puede empeorar problemas de salud mental existentes o desencadenar nuevos trastornos mentales.
Cuando se combinan las adicciones y otros trastornos psiquiátricos, se crea una situación compleja y desafiante para la persona afectada y para los profesionales de la salud que la están tratando. Estos trastornos co-ocurrentes, también conocidos como trastornos duales o comorbilidad, son bastante comunes. Las adicciones pueden coexistir con una variedad de trastornos psiquiátricos, como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la esquizofrenia, entre otros.
Los problemas psiquiátricos pueden aumentar el riesgo de desarrollar adicciones
Estos problemas psiquiátricos pueden aumentar el riesgo de desarrollar adicciones y viceversa, el abuso de sustancias puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos. Además, a menudo estos trastornos se refuerzan mutuamente, lo que significa que la presencia de uno puede empeorar los síntomas del otro.
¿Cómo puedo propiciar un ambiente sano que abone a la salud mental de las niñas, niños y adolescentes y así prevenir el consumo de drogas?
La comprensión y el apoyo de los seres queridos pueden ser fundamentales para ayudar a la persona a superar estos desafíos complejos. Es importante implementar estrategias que creen entornos más saludables que promuevan la salud mental y prevengan las adicciones. La combinación de educación, apoyo social, estilo de vida saludable y acceso a servicios de salud mental puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas, sobre todo de nuestras niñas, niños y adolescentes