El 13 de enero conmemoramos el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo y que se ha convertido en la principal causa de discapacidad global. Este padecimiento se caracteriza por un estado de ánimo bajo y la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, persistiendo durante largos periodos.
En la niñez y adolescencia, la depresión es un problema de salud mental especialmente grave, con el potencial de dejar profundas consecuencias en el desarrollo y bienestar de quienes la padecen. Esta etapa de la vida trae consigo cambios significativos, como la transición a la pubertad, la escolarización y la formación de relaciones sociales, factores que pueden agravar el impacto de la depresión. Entre sus manifestaciones más comunes se encuentran sentimientos de tristeza y desesperanza, irritabilidad, dificultad para concentrarse, alteraciones en el sueño y el apetito, y pérdida de interés en actividades que antes generaban placer.
Si no se aborda de manera adecuada, la depresión en niñas, niños y adolescentes puede abrir la puerta a otros problemas, como las adicciones a sustancias. En un intento por aliviar su malestar, algunos jóvenes recurren al consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, buscando un alivio temporal que, lejos de solucionar el problema, incrementa los riesgos de adicción. Este consumo puede crear un círculo vicioso, afectando la química y estructura del cerebro y desregulando la capacidad emocional del joven para enfrentar su vida diaria.
Intervención y prevención: caminos hacia el bienestar
La intervención temprana es clave. La terapia psicológica adaptada a las necesidades del menor, combinada con medicación supervisada por especialistas cuando sea necesario, puede marcar la diferencia. Además, fomentar hábitos saludables, como mantener contacto con seres queridos, practicar actividades físicas, retomar hobbies sanos, y asegurar una buena alimentación y sueño regular, es esencial para el autocuidado.
Los padres, educadores y profesionales de la salud juegan un papel crucial al identificar los signos de depresión y brindar el apoyo necesario. Reconocer que la salud mental está profundamente relacionada con la prevención de adicciones es fundamental. Los comportamientos observables son solo la punta del iceberg, y detrás de ellos se encuentran necesidades emocionales y sociales que deben ser atendidas.
Sociedad Educadora: herramientas para la prevención
En Sociedad Educadora creemos que la prevención salva vidas. Por ello, desarrollamos el taller Momento de Decisión Consciente, enfocado en prevenir el consumo de drogas y fortalecer los factores de protección en el entorno familiar. Este taller ofrece a madres y padres de familia herramientas para mejorar la comunicación, promover un ambiente protector y acompañar a sus hijos e hijas en los retos y oportunidades propios de la niñez y la adolescencia.
En esta etapa, los adultos somos guías esenciales en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Asumir nuestra responsabilidad es solo el primer paso; brindar apoyo, amor y herramientas adecuadas hace la diferencia en su camino hacia un crecimiento pleno y saludable.
Referencias bibliográficas
Organización Mundial de la Salud. (2023, 31 marzo). Depresión. Recuperado el 9 de enero de 2025 de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression