Por Sociedad Educadora
Es la droga de inicio de menores de edad y su adicción es una de las principales causas de muertes evitables: el tabaco.
Aun cuando pareciera que está fuera de moda, el consumo de esta droga legal continúa como uno de los retos de salud más significativos de México, ya que el 4.6% de la población adolescente y 19.5% de la población adulta de México consumen tabaco, lo que representa cerca de un millón de adolescentes y 16.6 millones de adultos fumadores, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud de México.
Según datos recientes de la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2023, la estadística de consumo de tabaco se ha mantenido con un comportamiento a la baja entre mayores de edad.
En cuanto a menores de 18 años, todavía representa la droga de inicio, junto con los vapeadores, en gran parte debido a la publicidad agresiva dirigida a los jóvenes y niños por las industrias de productos de tabaco y cigarros electrónicos.
Prevalencia del consumo de tabaco en México
Entre 2009 y 2023, es decir, en 14 años, la prevalencia del consumo de tabaco entre adultos en México disminuyó apenas unas décimas, pasando del 16.5 por ciento al 15.6 por ciento de la población, lo que representa 14.6 millones de personas adultas, arroja la Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos 2023.
En hombres, el porcentaje se redujo del 25.4 por ciento al 24.3 por ciento, y en mujeres del 8.2 por ciento al 7.4 por ciento. Este dato incluye tanto cigarros convencionales como productos de tabaco calentado y sin humo.
Consecuencias evitables del consumo de tabaco
El tabaco es responsable del 25 por ciento de las muertes por cáncer en el mundo, y los fumadores tienen un riesgo 22 veces mayor de desarrollar cáncer de pulmón en comparación con los no fumadores. Se estima que dos terceras partes de las muertes por cáncer de pulmón se deben al consumo de tabaco.
Además del cáncer de pulmón, 1 de cada 5 fumadores desarrollará una neumopatía obstructiva crónica (EPOC) a lo largo de su vida. Este riesgo es especialmente alto en aquellos que comienzan a fumar en la infancia y adolescencia, ya que el humo del tabaco ralentiza el crecimiento y desarrollo pulmonar.
En los adultos, el consumo de tabaco también agrava el asma, restringiendo la actividad física, contribuyendo a la discapacidad, y aumentando el riesgo de crisis asmáticas severas que requieren atención de emergencia. Asimismo, el tabaco duplica el riesgo de que una infección latente por tuberculosis progrese a una enfermedad activa y empeora la evolución natural de esta enfermedad.
Percepciones y accesibilidad: testimonios y realidades
Con relación a la droga de inicio de consumo, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (SISVEA) 2021, en Sinaloa la droga de mayor incidencia como de inicio de consumo es el tabaco.
El Diagnóstico Focalizado de Adicciones 2023, elaborado por Sociedad Educadora, muestra que el tabaco es una de las drogas más conocidas y consumidas entre los pacientes de clínicas de rehabilitación en Sinaloa, junto con el alcohol, la marihuana, el cristal y la cocaína.
Existe una percepción común de que el consumo de alcohol y tabaco es menos grave que el de drogas ilegales como la marihuana, el cristal y la cocaína. Esta percepción facilita el acceso a estas sustancias desde edades muy tempranas.
«Yo empecé con el cristal, después el alcohol y después del alcohol… no me acuerdo… el tabaco, todo el tiempo de los 11 años el tabaco… ya me fumaba entre 5 a 6 cigarros diarios… yo he consumido todo», relata una paciente mujer de una clínica de rehabilitación en Sinaloa.
Este testimonio expone el fácil acceso a drogas legales como el tabaco y el alcohol, que puede actuar como un precursor para el consumo de drogas ilegales y más duras, ya que normaliza el comportamiento de consumo, reduce la percepción de riesgo y altera la química cerebral, lo que incrementa la susceptibilidad a la adicción.
Además, los entornos donde estas sustancias son accesibles suelen ofrecer también acceso a drogas ilegales, y el uso de alcohol puede reducir inhibiciones y fomentar decisiones impulsivas, como probar drogas más peligrosas.
¡Fumar es fumar!
Aunque en la actualidad los vapeadores y cigarros electrónicos están en tendencia, el tabaquismo sigue siendo un problema de salud pública significativo que no debe ser subestimado.
La popularidad creciente de estos dispositivos ha llevado a una percepción errónea de que son una alternativa más segura al tabaco tradicional. Sin embargo, cuando decimos que «Fumar es fumar» subrayamos una realidad ineludible: independientemente de la sustancia que se consuma o del dispositivo utilizado, fumar daña la salud.
Por lo tanto, es crucial cambiar la percepción social sobre las drogas legales, seguir monitoreando las tendencias de consumo y reforzar las políticas públicas que limiten la publicidad y accesibilidad de productos de tabaco y vapeadores.
Además, es esencial educar a la población sobre los riesgos asociados con todos los tipos de consumo de tabaco, recordando siempre que ¡fumar es fumar! y que cualquier forma de tabaquismo conlleva serias implicaciones para la salud.