Adicciones son una carga mayor para quienes menos o nada tienen

Por Nilzy Angulo

Es necesario redoblar esfuerzos para elaborar y poner en práctica políticas y programas que respondan a las necesidades específicas de los distintos grupos de población  

En economía, los bienes de consumo son las mercancías o servicios con los que puede satisfacerse una necesidad humana, como una casa o un alimento.

En el caso de personas enfermas de alguna adicción, el alcohol y otras drogas también constituyen bienes de consumo, cuyos niveles de uso suelen ser superiores en poblaciones de alto poder adquisitivo.

Sin embargo, los problemas por su abuso de drogas afectan más a los pobres. 

Pero si también hay personas con alto nivel de ingreso con adicciones, ¿cómo es que esto afecta más a los que menos tienen?

Esta paradoja está asociada a factores como: 

· Un mayor deterioro en la salud en general, debido al consumo de sustancias de menor calidad.

· Una mayor carga económica derivada de la adquisición de sustancias.

· Menor accesibilidad a servicios, ya sea de salud o para su tratamiento.


El impacto múltiple de las adicciones

El abuso en el consumo de drogas impacta en múltiples esferas de las personas enfermas con alguna adicción. 

-Afectan el desarrollo económico y social.

-Aumentan los costos de atención a la salud al asociarse con lesiones.

Se relaciona con más de 60 enfermedades infecciosas, como VIH o hepatitis.

-También se relaciona con padecimientos crónicos, como cirrosis, cáncer y enfermedades de salud mental.

-Tienen una manifestación visible en diferentes formas de violencia que puede estar asociada con el crimen organizado, con actividades delictivas vinculadas con la adquisición de drogas en el mercado ilegal o inducidas por la intoxicación con sustancias psicoactivas.

El consumo de drogas en las poblaciones marginadas puede ser más intenso, lo que las expone a un mayor riesgo de sufrir daños de forma continua, recaídas y otros efectos conexos en la salud. Los diferentes hábitos de consumo de drogas y el acceso dispar a los servicios agravan la desigualdad en la prestación de tratamiento.


Los problemas de drogas pueden ser globales, pero no afectan a todo el mundo por igual

Teniendo en cuenta la gravedad de los daños y las disparidades existentes al acceder a los servicios que afectan a determinados grupos de población que consumen drogas de forma más intensiva, en Sociedad Educadora planteamos que:

Es necesario redoblar los esfuerzos para elaborar y poner en práctica políticas y programas que respondan a las necesidades específicas de los distintos grupos de población.

Es importante adaptar los programas a las personas sin hogar, a quienes prestan servicios sexuales, a las personas que han sufrido un trauma y a otras personas que se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios, como las personas con comorbilidades adicionales de salud mental, las que están o han estado encarceladas y las mujeres embarazadas. 

Es preciso asumir compromisos políticos y financieros que permitan ampliar intervenciones capaces de atajar las desigualdades estructurales y económicas.

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